10 Feb



Entre estas dos imágenes existe una diferencia. Lo invitamos a descubrirla 

A raíz de una noticia que circuló ésta semana en los medios nacionales, acerca de un viaje del Diputado provincial Martiniano Molina a la ciudad de Olavarría, en la que se puede ver un video del mismo enseñando a cebar mate en ruta, nos surgieron algunas reflexiones. En las imágenes vemos al diputado viajando sin el cinturón de seguridad colocado. (www.infobae.com/politica/2023/02/08/martiniano-molina-difundio-un-video-sin-cinturon-de-seguridad-y-genero-el-repudio-de-la-ong-luchemos-por-la-vida/) 

Más allá del repudio que generó en la ONG mencionada en el artículo, lo cierto es que a pesar de la obligatoriedad del uso de este accesorio de seguridad, impuesta en el año 1992 , como mencionáramos en nuestro artículo pasado , su uso aun es resistido por casi el 30% de los conductores; el 50% de los acompañantes delanteros y más del 60% de los acompañantes traseros.

 En las fotos vemos ambas circunstancias. El presidente como acompañante delantero, correctamente sujetado y como acompañante trasero, sin cinturón. 

Ahora bien, esto no es un tema del que se pueda aducir que la ideología impulsa un comportamiento determinado.  Vemos el mismo ejemplo en el expresidente. Adelante: sujetado; atrás, no 


Vemos ahora un material que demuestra que algunas personas, como menciona el artículo del diario Infobae, parecieran tener privilegios o cierta inmunidad. ¿O será que en ambos casos los conductores fueron multados? Veamos un ejemplo aun más descabellado.      


¿Será que la banda presidencial genera, cómo si se tratara de un personaje de Harry Potter, un campo magnético que evita que el cuerpo se desplace siguiendo las leyes de la física, en caso de un choque o frenazo? ¡Medio cuerpo afuera del auto! Y nadie que le sugiera moderar su actitud. 

No nos importa, en el caso, la posible afectación física que pudiera sufrir quien decide circular sin el cinturón de seguridad correctamente colocado. 

El problema es que, aquellos que  proponen o redactan las leyes, entre las cuales está la ley de tránsito, no cumplen con la misma y como uno puede suponer, no son sancionados por ello. Todo lo contrario a lo que sucede con cualquier ciudadano de a pie. 

 En nuestro país, la ley 24449, en su artículo 30, detalla la obligación de los fabricantes e importadores de vehículos que se liberen a plaza, de contar con “Correajes y cabezales normalizados o dispositivos que los reemplacen, en las plazas y vehículos que determina la reglamentación…” La reglamentación de esta ley indica que los vehículos liberados a plaza (para circular), deberán contar con los correajes mencionados en cada plaza del mismo. Es decir uno por ocupante. Y no pueden viajar más ocupantes que la cantidad de plazas que tenga el vehículo. 

Nos queda claro, en este ejemplo como en tantos otros que vemos a diario y que nos generan un disgusto enorme contra nuestra clase dirigente, que aquellos son realmente privilegiados. Que la posición relevante en que la ciudadanía los coloca, pareciera generarles automáticamente un “Halo” de inmortalidad, de impunidad y soberbia, debido al cual olvidan el significado de su mandato. 

Mandan, pero no obedecen ni sus propios mandatos. AH, por cierto, la diferencia entre las fotos del comienzo es  tanta como VIVIR o MORIR. Casi nada…

GRB

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